martes, 13 de abril de 2010

El pensamiento lateral

Es una técnica desarrollada por Edward De Bono que posee gran difusión en la actualidad y se enfoca en producir ideas que estén fuera del patrón de pensamiento habitual de la o las personas que la ejecutan, por el contrario de otras técnicas como lluvia de ideas o brainstorming.

La idea es la siguiente: cuando evaluamos un problema siempre tendemos a seguir un patrón natural o habitual de pensamiento (las sillas son para sentarse, el suelo para caminar, un vaso para ser llenado con un líquido, etc.), lo cual nos limita.

Con el pensamiento lateral rompemos este patrón, vemos a través del mismo logrando obtener ideas sumamente creativas e innovadoras. En particular la técnica se basa en que, mediante provocaciones del
pensamiento, salimos del camino habitual, de nuestro patrón de pensamiento natural.

El término pensamiento lateral (lateral thinking) fue propuesto por Edward De Bono para representar todos esos caminos alternativos que no estamos acostumbrados a tomar al momento de encontrar soluciones a un problema.
Según De Bono la mayoría de la gente tiende a enfocarse en una sola forma de resolver un conflicto solo porque las otras vías para resolverlo no son visibles a simple vista.

Pensamiento Lateral es un tipo de pensamiento creativo y perceptivo, como su nombre lo indica, es aquel que nos permite movernos hacia los lados para mirar el problema con otra perspectiva y esta es una habilidad mental adquirida con la práctica.
El pensamiento vertical o lógico se caracteriza por el análisis y el razonamiento mientras que el pensamiento lateral es libre, asociativo y nos permite llegar a una solución desde otro ángulo. Ambos pensamientos son importantes. El lateral incentiva nuestro ingenio y creatividad. El vertical nos ayuda a desarrollar nuestra lógica.

Creo que es muy valedero aplicar un poco del pensamiento lateral a nuestras vidas, observar nuestros problemas desde distintas direcciones, ver el panorama con otros ojos y empujarnos a encontrar diferentes, nuevas e ingeniosas respuestas para los viejos y los mismos conflictos humanos.

Este término, creado en 1967 por el doctor Edward de Bono, profesor de las universidades de Oxford, Cambridge, Londes y Harvard, designa a la parte menos convencional y más creativa del pensamiento.

Las ideas y pensamientos se han establecido a partir de una serie de experiencias que las han confirmado y que nos hacen contemplar la realidad a través de unos mismos parámetros. La visión de las cosas se hace normalmente a través de prismas convencionales, tópicos que simplifican nuestro esfuerzo mental. Damos por hecho las cosas, las aceptamos tal y como “deben ser” para nuestra comodidad.

Es lo que de Bono denomina “patrones”. Gracias a la capacidad del cerebro humano para construir patrones podemos realizar cualquier actividad de las que consideramos humanas: comunicarnos, distinguir a nuestros seres queridos del resto de las personas, reconocer a nuestros amigos, saber que comida es la que nos gusta y la que no, conducir un coche, etc...

Sin embargo, los patrones no son simétricos y siempre podemos encontrar caminos “laterales”, opciones distintas a las establecidas.
El pensamiento lateral es un medio de escapar del pensamiento preestablecido y encontrar nuevas visiones más originales y creativas.

Es un tipo de pensamiento muy relacionado con el pensamiento perceptivo y con la creatividad, por que busca y desarrolla nuevos tipos de percepciones en lugar de limitarse a trabajar más intensamente con la ya existentes.

Normalmente el pensamiento establecido es el que de Bono designa como “camino principal” y es el recurrente ante cualquier situación. Ver las cosas con una perspectiva distinta exige un mayor esfuerzo por nuestra parte.

Un ejemplo evidente de pensamiento lateral es el humor: “Cuando oímos un chiste nuestro pensamiento se desplaza por el camino principal. De repente, la gracia nos lleva por el camino lateral”. El humor se basa precisamente en esa otra visión sobre las cosas cotidianas.

Este tipo de pensamiento tiene evidente aplicaciones en la mayoría de las profesiones creativas: inventores, diseñadores, publicistas, artistas, etc... pero su aplicación en cualquier otro campo, aparentemente menos creativo, tampoco es desdeñable.

Pensemos en sus aplicaciones en el campo de la ciencia, de la investigación, o incluso de la política, de la gastronomía, de la abogacía o de la guerra, de la educación o de las finanzas.

De Bono plantea una serie de técnicas específicas para encontrar ese camino lateral. La primera y más importante de ellas es la provocación. “Aunque parezca absurda y directamente opuesta a la lógica normal, de hecho, una provocación es una operación lógica en un sistema de formación de patrones.”

Para delimitar las provocaciones de Bono inventa un término “Po” que significa que lo que sigue es una provocación. Cualquier cosa vale, siempre precedido por la palabra Po.

Normalmente la gente es demasiado prudente y tímida como para decir la mayor provocación que se le ocurra, pero si la dice precedida de la palabra Po se siente más segura y protegida.

El enunciado de la provocación nos saca del llamado camino principal para llevarnos directamente al pensamiento lateral. Una vez allí “quizás veamos que tenemos una idea completamente razonable y olvidamos cómo hemos llegado hasta allí.”

Para conseguir inventar las mejores provocaciones el autor describe una serie de métodos como son: las provocaciones recibidas de otros, la inversión, la huída, el pensamiento deseante o el absurdo. Tanto las provocaciones recibidas como el absurdo no necesitan más explicaciones, pero no así los otros tres métodos que detallamos brevemente a continuación.

La inversión, como su nombre indica, consiste en observar cómo se suelen hacer normalmente las cosas o como se comporta la gente y hacer exactamente lo contrario. La huída se basa en eliminar algún rasgo de la realidad que normalmente damos por supuesto.
El pensamiento deseante está basado en las fantasías, en verdaderos sueños, que a veces podemos conseguir llevar a lAQa realidad.

Las provocaciones únicamente son útiles si nos llevan a una nueva idea, si utilizamos el movimiento para generar nuevas ideas y no se quedan simplemente en lo que inicialmente son, si nos sirven para “dar el salto”.

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